miércoles, 30 de diciembre de 2009

martes, 22 de diciembre de 2009

jueves, 10 de diciembre de 2009

lunes, 30 de noviembre de 2009

martes, 24 de noviembre de 2009

El espíritu de inteligencia es la capacidad que Dios da a las personas para hacer lo que los demás no pueden realizar. Este don es dado para los que lo buscan y quien lo posee logra destacar en cualquier actividad que realiza.


La Biblia relata la historia de Jacob, un hombre que por mucho tiempo vivió de forma equivocada, pues hacía trampa para destacar. Sin embargo, al sufrir las consecuencias de sus actos y quedar en la miseria tuvo un encuentro con Dios y reivindicó su camino. No obstante, pese a tener la bendición de Dios, por ser nieto de Abraham e hijo de Isaac, no era inteligente.


Jacob fue a vivir en casa de Labán, su tío, y se enamoró de una de sus hijas, entonces tuvo que trabajar durante 14 años para poder tenerla. En este lapso Jacob enriqueció a Labán, pero no produjo nada para sí mismo. Esto pasa con mucha gente: hay quienes trabajan para dormir y comer. Tienen la bendición de Dios, pero la limitan porque no tienen valor de poner su negocio y trabajar para ellos; no piden inteligencia al Señor para multiplicar su salario, sólo enriquecen a otros.


Jacob se indignó por la situación y quiso irse con sus mujeres, sin embargo Labán se dispuso a pagarle un salario. “Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob… Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario.” (Génesis30: 31-32)
Entonces Labán hizo trampa apartando las ovejas oscuras y mandándolo a apacentar las ovejas blancas, es decir, no tenía posibilidad de ganar nada. No obstante Jacob usó la inteligencia “Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber. Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores… Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.” (Génesis 30:37-42) Dios le dio a Jacob inteligencia y usó la fe. Si usted cree en la Palabra de Dios y la practica, el Espíritu Santo le dará la inteligencia necesaria para destacar entre los demás y lograr lo que se proponga.

Que Dios les bendiga.

lunes, 23 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

lunes, 9 de noviembre de 2009

Aprenda a depender de Él...

Aprenda a depender de Él ...

Abraham, al ser llamado por el Señor para emprender una nueva vida, no recibió ningún detalle de hacia dónde iría. Únicamente recibió una palabra: “Vete de tu tierra… a la tierra que te mostraré.” (Génesis 12:1) Con esto, Dios pretendía generar en Abraham una dependencia hacia Él.


En ocasiones, el Señor permite que pasemos por situaciones en las que quedamos solos, sin el apoyo de la pareja, los amigos o incluso la familia. Todo con la intención de hacernos aprender a confiar y a depender de Él. Y la razón del por qué Él quiere provocar ese acercamiento mayor, es para hacernos personas fuertes, vigorosas y con dirección.


El vivir alejado del Creador, hace que el individuo sea débil. ¿Sabía que los miedos, la angustia y la inseguridad son resultado de ese apartamiento? Para entender mejor el tema, tomemos el ejemplo de un bebé al que se le deja solo en la cuna: él llora desesperadamente por no tener a sus padres cerca, pero cuando éstos lo cargan y le hacen sentir su calor, él se calma, pues ya se siente resguardado. Lo mismo acontece si estamos cerca de Dios: los temores, la depresión, la indecisión, el nerviosismo, el mal carácter, las adicciones, todo eso se termina.


Por lo común, es el pecado que provoca la separación entre el hombre y Dios. Éste es como un gran muro entre nosotros y Él. Pero si la persona establece una relación profunda con el Señor, además de ser limpiada de sus errores, ella adquirirá confianza y nada la detendrá de avanzar, pues sabe que cuenta con ese Gran respaldo.


Abraham aprendió a obedecer y a depender de Dios, eso le concedió el derecho de exigir respuestas: “…vino la palabra del Señor a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram… ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo…?... no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra del Señor, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará…” (Génesis 15:1-5)


Si usted se compromete con el Señor y establece con Él una relación estrecha, Él hará cosas grandiosas en su vida, tal como lo hizo con Abraham.

Que Dios les bendiga.

sábado, 7 de noviembre de 2009

martes, 3 de noviembre de 2009

La Palabra de Dios tiene un poder impresionante: puede curar enfermos, prosperar negocios, bendecir a su familia, su vida amorosa, darle aquello que más desea. En sí, lograr un milagro no es difícil, basta creer en ese poder que tiene la Palabra de Dios.


La Biblia se divide en Antiguo y Nuevo Testamento, precisamente porque se compone de promesas que Dios heredó y desea dar a quienes crean en esa Palabra. El problema del ser humano respecto a eso; el por qué la mayoría viven una vida dura, triste, es que creen más en otras palabras, en otras personas, que en el propio Dios.


Si alguien les asegura algo, temen, toman actitudes, pero dudan de lo que Dios dice. Hay gente que es capaz de gastar mucho dinero sólo porque escucharon algo, un diagnóstico, una opinión. Si Dios los invita a no temer, a usar la fe, simplemente dudan.


Por eso Abraham fue el padre de la fe, porque él no temió. Sin conocer a Dios, sin verlo, sin haber sido testigo de milagros o maravillas, él dejó sus tierras, sus posesiones, para irse al lugar que Dios le indicaría. Un hombre de 75 años abandonando su patrimonio por confiar en la voz de un Dios que ni siquiera había visto.


Obviamente no tenía la edad para arriesgarse o aventurarse, pero lo hizo. Creyó a Dios. Era rico, aparentemente tenía todo, pero no era padre, su esposa era estéril y ese era su mayor dolor. Confió en que Dios podía darle lo que deseaba y obedeció la voz del Todopoderoso aún sin haber visto si quiera una señal.


Abraham sólo tenía una palabra, la Palabra de Dios, y eso le bastó. No importaron las circunstancias ni el tiempo, creyó a pesar de todo y el resultado fue el que él esperaba: Dios, además de hacerlo rico y poderoso, le dio la dicha de ser padre cuando tenía 100 años de edad. ¿Imposible? Sólo a los ojos humanos, porque la Palabra de Dios, que formó todo el universo, ha hecho realidad desde entonces hasta ahora el sueño de muchos.


Si cree a los hombres, ¿por qué no creerle a Dios? Los hombres fallan, se equivocan, son seres limitados, pero Dios no. Dios es fiel, infalible, Todopoderoso, creó todo y puede hacer el milagro que espera. Si hay que darle peso a una palabra, que sea a la de Dios. No se deje abatir por las circunstancias, crea en lo que Dios dice, use la fe y, como Abraham, verá su sueño realizarse.

Que Dios les bendiga.

sábado, 31 de octubre de 2009

lunes, 26 de octubre de 2009

Envidia

De acuerdo a las definiciones de la Real Academia Española la envidia es la tristeza o pesar del bien ajeno y la emulación, deseo de algo que no se posee.


De acuerdo con esta definición la envidia es sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.

domingo, 18 de octubre de 2009

martes, 29 de septiembre de 2009

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La Santa Cena

La Santa Cena es la ceremonia más importante dentro del cristianismo. No es sólo un símbolo de la participación del Cuerpo y de la Sangre del Señor; es realmente una participación física de un Señor espiritual con la finalidad de fortalecer a la Iglesia tanto física como espiritualmente, recordando la muerte del Señor hasta que Él venga. Además de eso, la Santa Cena sirve para una renovación de los votos de alianza con Dios por medio de la sangre del Señor Jesús.

sábado, 12 de septiembre de 2009

GRAN DIA DE LA DECISION

Alguna vez, en una película, seguramente observó la escena de alguien detenido frente a una encrucijada, con una expresión de confusión y angustia al no saber qué camino escoger. Esa imagen bien simboliza los momentos cruciales por los que pasamos. Momentos en los que la vida nos coloca en una posición complicada y nos pide definamos, de una vez por todas, la ruta a seguir.

Inseguridad interminable

Tomar decisiones no siempre es sencillo, menos aún cuando éstas pueden influir de forma importante en nuestro futuro. Pero ¿qué sería de nosotros si nos dejásemos llevar por el miedo a equivocarnos? Evidentemente pasaríamos nuestra existencia dando vueltas en el mismo lugar, habituados a la rutina, rehusándonos a experimentar cosas nuevas.

Por supuesto conviene reflexionar antes de actuar, pero suele ocurrir que, de tanto repasar mentalmente las cosas, muchos se paralizan en una indecisión eterna.

¿Por qué luchar solo?

Hay quienes por fracasos continuos se hunden en el pesimismo y creen que no existe forma de revertir sus circunstancias actuales; por eso les es difícil tomar nuevas decisiones, pues temen fallar de nuevo.

Tal vez usted es una de esas personas. Quizá varios de sus anhelos quedaron frustrados, y al ver que nada le favorecía, se dio por vencido. Recapacite: ¿en verdad vale la pena renunciar a sus sueños sólo porque hasta hoy no se han concretado?

La Palabra de Dios dice: “No temáis… El Señor, vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, peleará por vosotros…” (Deuteronomio 1:29 y 30) Si a través de su fe hace a Dios su aliado, no tiene por qué temer, pues Dios le guiará y tendrá la bendición del Señor. Cada uno de sus anhelos se hará realidad.

Este domingo 13 de septiembre, en todas las Iglesias Universal, realizaremos el Día de la Decisión. Con este, pretendemos alentarle a que adopte una actitud decidida en su propio beneficio. ¿Qué desea? ¿Curarse de una enfermedad que se ha vuelto insoportable? ¿Poner fin a los problemas en casa? ¿Encontrar por fin a esa persona que le haga feliz? ¿Hacer progresar su situación económica?

No permita que el miedo ni la indecisión sigan frenándole. Afronte su situación con fe y determinación. Ya no acepte seguir estancado en lo mismo. 

Decisión de Elias...

" Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si El Señor es Dios, seguidle...(1 Reyes 18:21)

miércoles, 9 de septiembre de 2009

::: No necesita apoyo, sólo decidirse :::

La fe que procede del Espíritu Santo, no permite que la persona se resigne ante un problema, al contrario, lo vuelve una persona decidida y le da la fuerza para luchar contra la adversidad.


Israel era un pueblo que dependía del campo y necesitaba de las lluvias para que la tierra produjera. Con la ambición de querer producir más, el pueblo adoró a Baal porque era un supuesto dios de la fertilidad y lluvia. Creían en Dios, pero también en Baal.


Sin embargo, había un hombre decidido, el profeta Elías, quien determinó que no llovería en 3 años y 6 meses. A pesar de que el pueblo clamaba a Baal, la lluvia continuaba sin venir. “Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el Señor es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” (1 Reyes 18:20-21) Lo que Él quería era que el pueblo se decidiera. “Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta del Señor; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres… Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre del Señor; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios...” (1 Reyes 18:22-24)


Elías no fue para hacer un intento, él estaba decidido; o Dios respondía o entonces sería asesinado por el pueblo. Elías luchaba solo contra 450 hombres. Esto nos muestra que la persona que quiere vencer, no depende del gobierno, la crisis o el apoyo de un familiar para ganar. Sólo depende de sus decisiones de fe, porque así Dios podrá doblegar a sus enemigos, sin importar quien esté en contra suya.


“ Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo… Respóndeme, Señor, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Señor, eres el Dios…Entonces cayó fuego de Dios, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.” (1 Reyes 18:36-39) Si Dios está a su lado, sin duda alguna, tendrá la victoria.


Este día 13 es su oportunidad de terminar con la sequía que aqueja su vida, sólo decídase. Busque a Dios, clame a Él, sacrifique como lo hizo Elías, sin miedo alguno, y vea que Dios aún responde con fuego a través de las bendiciones.

 

Que Dios les bendiga.

sábado, 5 de septiembre de 2009

MIERCOLES 16 de SEPTIEMBRE 12 del día.

Reunión especial con motivo del 199 Aniversario

de la Independencia, en todas las IURD del país.


lunes, 31 de agosto de 2009

domingo, 30 de agosto de 2009

sábado, 29 de agosto de 2009

jueves, 27 de agosto de 2009

Viernes 28 de Agosto Sexto Secreto para vencer el mal


Es   importante conocer a nuestro adversario, para saber la manera que actúa y de esta manera tener más herramientas para vencerlo.

::: No tema ni dude :::

::: No tema ni dude :::

Tanto Dios como los espíritus malignos trabajan a través de palabras. Por parte del Señor vienen aquellas que nos motivan a seguir adelante, a tener fe; por parte del mal, los pensamientos generadores de duda, miedo.


Frecuentemente, los espíritus malos saturan de frases negativas a la gente, a fin de hacerlas creer que Dios no atenderá sus oraciones, que no merecen, que sus pecados son muy graves y no tienen perdón. Sólo teniendo un encuentro con Dios esas voces dejan de surtir efecto.


Dios fortalece la fe de una persona cuando entra en su vida: una fe independiente de las circunstancias. Aunque todo indicara fracaso, quien realmente encontró a Dios, tiene paz interna y está seguro del cumplimiento de las promesas divinas. No abandona sus ilusiones.


Es cierto, todos pecamos y no hay alguien merecedor de ser atendido por Dios, pero a través del Señor Jesucristo, quien dio su vida para lavarnos del pecado, cuando hay un arrepentimiento sincero, podemos acercarnos a Dios y ser atendidos por Él.


“… teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades (…) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:14-16)


El apóstol dice que al acercarnos a Dios, debemos hacerlo con confianza, es decir, sin miedo o duda. Dios jamás atenderá una oración midiendo los méritos. Obviamente es necesario caminar de acuerdo a los mandatos divinos; pero para responder una oración, el Señor observa la fe.


La Biblia menciona a Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote, porque el sumo sacerdote era quien iba a la presencia de Dios para ofrecer sacrificios a favor del pueblo. Con la muerte y resurrección del Señor Jesús, Él, siendo Dios, se ofreció en sacrificio para perdón de pecados; siempre está con Dios Padre y aboga por nosotros. Por eso podemos confiar: Dios escuchará nuestras oraciones.

 

Que Dios les bendiga.