miércoles, 9 de septiembre de 2009

::: No necesita apoyo, sólo decidirse :::

La fe que procede del Espíritu Santo, no permite que la persona se resigne ante un problema, al contrario, lo vuelve una persona decidida y le da la fuerza para luchar contra la adversidad.


Israel era un pueblo que dependía del campo y necesitaba de las lluvias para que la tierra produjera. Con la ambición de querer producir más, el pueblo adoró a Baal porque era un supuesto dios de la fertilidad y lluvia. Creían en Dios, pero también en Baal.


Sin embargo, había un hombre decidido, el profeta Elías, quien determinó que no llovería en 3 años y 6 meses. A pesar de que el pueblo clamaba a Baal, la lluvia continuaba sin venir. “Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el Señor es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” (1 Reyes 18:20-21) Lo que Él quería era que el pueblo se decidiera. “Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta del Señor; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres… Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre del Señor; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios...” (1 Reyes 18:22-24)


Elías no fue para hacer un intento, él estaba decidido; o Dios respondía o entonces sería asesinado por el pueblo. Elías luchaba solo contra 450 hombres. Esto nos muestra que la persona que quiere vencer, no depende del gobierno, la crisis o el apoyo de un familiar para ganar. Sólo depende de sus decisiones de fe, porque así Dios podrá doblegar a sus enemigos, sin importar quien esté en contra suya.


“ Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo… Respóndeme, Señor, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Señor, eres el Dios…Entonces cayó fuego de Dios, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.” (1 Reyes 18:36-39) Si Dios está a su lado, sin duda alguna, tendrá la victoria.


Este día 13 es su oportunidad de terminar con la sequía que aqueja su vida, sólo decídase. Busque a Dios, clame a Él, sacrifique como lo hizo Elías, sin miedo alguno, y vea que Dios aún responde con fuego a través de las bendiciones.

 

Que Dios les bendiga.

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