lunes, 9 de noviembre de 2009

Aprenda a depender de Él...

Aprenda a depender de Él ...

Abraham, al ser llamado por el Señor para emprender una nueva vida, no recibió ningún detalle de hacia dónde iría. Únicamente recibió una palabra: “Vete de tu tierra… a la tierra que te mostraré.” (Génesis 12:1) Con esto, Dios pretendía generar en Abraham una dependencia hacia Él.


En ocasiones, el Señor permite que pasemos por situaciones en las que quedamos solos, sin el apoyo de la pareja, los amigos o incluso la familia. Todo con la intención de hacernos aprender a confiar y a depender de Él. Y la razón del por qué Él quiere provocar ese acercamiento mayor, es para hacernos personas fuertes, vigorosas y con dirección.


El vivir alejado del Creador, hace que el individuo sea débil. ¿Sabía que los miedos, la angustia y la inseguridad son resultado de ese apartamiento? Para entender mejor el tema, tomemos el ejemplo de un bebé al que se le deja solo en la cuna: él llora desesperadamente por no tener a sus padres cerca, pero cuando éstos lo cargan y le hacen sentir su calor, él se calma, pues ya se siente resguardado. Lo mismo acontece si estamos cerca de Dios: los temores, la depresión, la indecisión, el nerviosismo, el mal carácter, las adicciones, todo eso se termina.


Por lo común, es el pecado que provoca la separación entre el hombre y Dios. Éste es como un gran muro entre nosotros y Él. Pero si la persona establece una relación profunda con el Señor, además de ser limpiada de sus errores, ella adquirirá confianza y nada la detendrá de avanzar, pues sabe que cuenta con ese Gran respaldo.


Abraham aprendió a obedecer y a depender de Dios, eso le concedió el derecho de exigir respuestas: “…vino la palabra del Señor a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram… ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo…?... no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra del Señor, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará…” (Génesis 15:1-5)


Si usted se compromete con el Señor y establece con Él una relación estrecha, Él hará cosas grandiosas en su vida, tal como lo hizo con Abraham.

Que Dios les bendiga.

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